Nacido en circunstancias difíciles y marcado desde temprana edad por el dolor y la ausencia, Mario Hijo de Dios conoció el rostro de la adversidad. Su infancia fue como un desierto árido, Criado por sus abuelos y después inmerso en un entorno que lo llevó por caminos oscuros, su vida parecía encaminarse hacia una senda sin esperanza, llena de violencia y crimen. En su juventud, el mundo lo conocía como "el diablo," una figura temida y temeraria, atrapada en una realidad que parecía imposible de cambiar.
Pero Dios tenía otros planes. En una noche oscura, después de una serie de eventos inexplicables, Mario llegó a su hogar y encontró a su madre orando. Ese instante fue como una luz en medio de la noche, un destello de amor divino que tocó lo más profundo de su ser. En ese momento, Mario sintió el llamado de Jesús, y fue como si un velo se rompiera. Las cadenas que lo mantenían atado a un pasado oscuro comenzaron a deshacerse, y su corazón se abrió a una nueva esperanza.
Así comenzó un largo y desafiante proceso de transformación. Mario entregó su vida a Jesús y, poco a poco, comenzó a dejar atrás los errores de su pasado. Se sumergió en el estudio de la Palabra de Dios, dejando que el amor y la verdad de Cristo moldearan cada aspecto de su vida. Sus conocidos vieron cómo aquel hombre que antes sembraba temor ahora traía paz y palabras de esperanza. Con el tiempo, Dios lo llamó a servir como pastor y líder espiritual, dándole una nueva identidad y propósito: guiar a otros hacia la verdad de Jesucristo.
Mario no solo encontró redención en su fe, sino también una misión profunda de llevar a otros hacia el conocimiento de Dios. Años después, junto a su esposa y sus hijos, Mario enfrentó una de las pruebas más dolorosas de su vida: el diagnóstico y pérdida de su amado hijo Santiago. Aunque el dolor fue devastador, su fe no flaqueó. Al contrario, en medio del sufrimiento, Mario experimentó una paz y fortaleza que solo podían venir de Dios, reafirmando su convicción de que esta vida es solo un paso hacia la eternidad junto a nuestro Creador.
Hoy, con un corazón renovado y un espíritu que ha sido probado por el fuego, Mario Hijo de Dios dedica su vida a compartir el mensaje de redención y esperanza en Jesucristo. Su historia es un testimonio vivo de que, sin importar cuán oscuro sea el pasado, la gracia de Dios puede transformar cualquier vida y dar un propósito eterno. Él invita a cada persona que se cruce en su camino a abrir su corazón, a permitir que Jesús entre y sane las heridas, y a descubrir que la verdadera paz y propósito se encuentran en el amor de Dios.
Mario cree firmemente que todos tenemos un llamado. Su misión es guiar, acompañar y equipar a otros para que encuentren el suyo, y para que, al igual que él, experimenten la libertad y la esperanza que solo se encuentran en Jesús. Así como Dios le dio una nueva identidad y propósito, Mario desea que cada persona sepa que puede encontrar en Jesús una nueva vida, llena de paz y propósito divino.
Reflexiòn: No importa cuán profunda sea la oscuridad; el amor de Dios siempre puede alcanzarte. Hoy, así como lo hizo conmigo, Él quiere darte un nuevo comienzo. Abre tu corazón, permite que Jesús te transforme, y descubre que en Él hay una vida llena de esperanza y propósito. Él está esperando por ti, para caminar a tu lado y guiarte hacia una paz que sobrepasa todo entendimiento.
Ministerio y Misión Actual
Mario Hijo de Dios ha dedicado su vida a la restauración espiritual y emocional de las personas, impulsado por una misión profunda de guiar a otros hacia un encuentro transformador y sincero con Cristo. Como pastor de la iglesia Puerta de Dios y fundador del canal Hablando de la Verdad, así como de la Academia Teológica Renacer, Mario se esfuerza cada día por hacer llegar el mensaje de salvación y esperanza a quienes buscan respuestas, sanidad y propósito en su vida.
A lo largo de su trayectoria, Mario ha sido reconocido con un Doctorado Honoris Causa por su labor en la enseñanza teológica y el servicio pastoral. Sin embargo, en sus propias palabras, como el apóstol Pablo, considera todo reconocimiento terrenal como nada en comparación con su verdadero propósito: ver vidas restauradas y transformadas por el amor de Cristo.
La misión de Mario no se basa en títulos ni logros, sino en un compromiso auténtico de acompañar a otros en su caminar de fe. Ha vivido personalmente el poder de Dios en medio del dolor, incluido el duelo por la partida de su hijo Santiago, una experiencia que ha fortalecido su empatía y vocación de servicio. Mario comprende y comparte las pruebas de la fe, y esta empatía le permite conectarse genuinamente con aquellos que también atraviesan momentos difíciles, recordándoles que en Cristo siempre hay esperanza.
Mi mayor anhelo es que cada persona, sin importar su historia o sus heridas, llegue a conocer a Cristo y experimente la paz y la restauración que solo Él puede dar," expresa Mario. Esta convicción lo guía en cada consejo, predicación, y enseñanza, trabajando para que las personas encuentren en Jesús al único camino hacia el Padre y hacia la vida eterna..
Propósito y Valores Fundamentales
Para Mario Hijo de Dios, su máximo guía y fortaleza son el Padre, Jesucristo y el Espíritu Santo. Es en la Trinidad divina donde encuentra el amor incondicional y la identidad que lo sostienen cada día. Mario sabe que el propósito que hoy lo impulsa a servir no nace de una voluntad humana, sino del amor y la obra restauradora de Dios en su vida. Como dice en Juan 1:12: 'Mas a todos los que le recibieron, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.' Mario es un hijo nacido de la voluntad de Dios, y su llamado es compartir esta verdad con aquellos que buscan propósito y esperanza.
Su vida ha sido un testimonio de fortaleza y restauración: desde una infancia difícil y una juventud marcada por el dolor, hasta la enfermedad y pérdida de su hijo Santiago. Sin embargo, cada experiencia ha sido una prueba superada por la gracia y el amor de Dios. Mario es un testigo vivo de que Dios es quien restaura y fortalece, y que a través de Jesucristo, el único camino al Padre, cada persona puede hallar su propósito eterno.
Fe y Verdad, Compasión y Servicio, Excelencia Espiritual, Esperanza y Transformación no son solo conceptos, sino principios fundamentales que Mario vive y enseña. Estos valores son una expresión de su compromiso con el amor de Dios y su deseo de acompañar a otros en su caminar hacia una vida llena de propósito y significado. A través de su ministerio, Mario inspira a las personas a reconectar con el propósito original para el cual han sido creadas: vivir en y para Cristo, quien ha restaurado el camino al Padre.
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